El objetivo era volver con presencialidad plena “todos los chicos, todos los días”, a partir del regreso de las vacaciones invernales. No se logró. Por más que se esforzaron los directores muy pocos pudieron llegar a la meta. Sin embargo, después de muchos cálculos y cambios de lugar, lograron reacomodar e incorporar a más cantidad de alumnos en las aulas con un límite de 25 alumnos por grupo. Esta semana se seguirán buscando alternativas para incluir a más alumnos en la presencialidad, siempre respetando el metro y medio entre alumno y alumno que exige el protocolo sanitario.
De todos modos, la frustrada ilusión de volver a “clases normales”, obligó al ministro al ministro Juan Pablo Lichtmajer a recalcular sus metas. Lejos de reconocer el límite físico de los establecimientos escolares para dar lugar a la presencialidad evaluó que el de ayer “fue un día que se desarrolló de acuerdo a lo planificado, para que los alumnos puedan ir retomando la escuela con hábito del día a día”.
“La regla es que (los alumnos) vuelven las clases todos los días, pero a lo largo de esta semana se estará trabajando en la readaptación, para adecuarnos a esta nueva instancia”, afirmó, dando un nuevo giro a sus dichos.
Semana atípica
Una vez más las escuelas modifican sus esquemas, esta vez, teniendo en cuenta los grupos (ya no se habla de burbujas), los espacios y los docentes (no todos se han reintegrado porque muchos pertenecen a grupos de riesgo, no tienen las dos dosis o no transcurrieron 14 días desde la última aplicación). En el intento, muchas veces se pierde el equilibrio entre virtualidad y presencialidad, de suerte que los días en que a algunos les toca quedarse en casa, también se ven privados de las clases virtuales, porque sus docentes están dictando clases a sus compañeros. De todos modos todo eso puede cambiar la semana próxima, o no.
Lo cierto es que la situación es muy variada. En colegios como el Nueva Concepción, a los alumnos de 6° año que ya venían con clases presenciales todos juntos se les suman los de 1° año. Los demás todavía siguen en burbujas, en turnos mañana y tarde, en forma presencial. En el colegio Sagrado Corazón hay grupos burbujas los lunes y martes, y el miércoles se agrega al ciclo superior que se dicta en presencialidad completa.
La escuela 9 de Julio, de nivel primario, con una matrícula de 1.200 alumnos, llega al 80% de presencialidad en el turno mañana. En la escuela General Belgrano se alcanza hasta al 60%, pero se siguen buscando más espacios. La escuela Monteagudo, aunque con aulas amplias dividió la matrícula de cada grado en dos grupos. Se turnan cada semana para hacer uso del miércoles en presencialidad. De ese modo, un grupo tiene tres días presenciales una semana y a la siguiente, solo dos. El problema es que al grupo al que le toca quedarse en la casa tiene solamente un hora de reloj de clase por meet para despejar dudas sobre las tareas que se les envía en PDF por WhtasApp.
Pero hay escuelas que todavía están sin clases presenciales, es decir todavía se manejan en virtualidad al 100%. Es el caso del Colegio Nacional Bartolomé Mitre de capital y de la escuela Joaquín Castellanos de Los Sosa.
Pero en la mayoría de los establecimientos conviven la presencialidad con la virtualidad, como en la Comercio de Concepción. Allí, lunes, martes y miércoles asisten el ciclo básico y jueves y viernes el ciclo orientado, con la modalidad de burbujas en los turnos mañana y tarde. El turno noche, como son menos alumnos, pueden concurrir todos los cursos. La semana se espera que se habilite la planta alta para poder albergar a más alumnos de los turno mañana y tarde, por agrupamientos.
Los dirigentes docentes
Desde el Frente Gremial Docente, David Toledo, de ATEP, señala que “se solicitó a las autoridades educativas que se dupliquen los esfuerzos para que se mejore la situación de la infraestructura edilicia, se provean de elementos de bioseguridad y se cubran los cargos que hacen falta.
Desde la mirada de Sidop, que conduce Carlos Jiménez, el reintegro a clases fue “dispar” y hubo “desconcierto” entre los padres. “El ministro hace un planteo electoralista con el objetivo de querer dar la imagen de un año completo bien realizado, cuando en realidad no hay presencialidad. Y no la hay no porque los docentes nos opongamos sino porque hay una meseta de 700 casos de covid por día que es muy alta”, dijo. También señaló que hoy ratificará las presentaciones sobre el pedido de juicio político al ministro de Educación por el Estado de los establecimientos escolares.